Ante las actuales amenazas expandidas de proyectos de represas, explotación minera, monocultivos de palma africana y teca, uso de agrotóxicos, explotación petrolera y tala clandestina en la región fronteriza entre México y Guatemala, comunidades, movimientos sociales y organizaciones están construyendo, con una perspectiva de cuencas hidrográficas transfronterizas, diferentes articulaciones, como la Alianza Ríos Mayas, en la cual se está planteando como ejes de vinculación común la defensa de la cultura y del territorio.
La Alianza Ríos Mayas está volviéndose a reconstruir a partir del Encuentro Mesoamericano de Movimientos Sociales “Reencontrarnos en la Resistencia”, llevado a cabo en la comunidad de la Técnica Agropecuaria, en el Petén, Guatemala en agosto del 2023, esto, a partir de las acciones ya realizadas en el 2013, donde se hicieron recorridos por diversas regiones de Tabasco, Chiapas en México y la región fronteriza de Guatemala, para ir reconociendo a las comunidades y sus problemáticas y propuestas, con el fin de generar un proceso de articulación amplio para la defensa del territorio y el intercambio cultural y de alternativas de desarrollo local.
Esta alianza, integrada por organizaciones sociales y campesinas, colectivos culturales, académicos e instituciones internacionales, pretende construir un espacio de vinculación plural con un enfoque ambiental y cultural, que permita potenciar las buenas prácticas comunitarias, desde un enfoque territorial de cuenca y el intercambio socio-cultural, con el fin de visibilizar la importancia de proteger a biocultura, declarar al Río Usumacinta y otras microcuencas libres de megaproyectos y generar propuestas de arraigo identitario y de posibilidades de desarrollo para las generaciones por venir.
Son múltiples las acciones que se tienen planeadas y que se están desarrollando, pero este año, ante el contexto adverso que enfrentamos, se trabajará en la realización de diagnósticos comunitarios, investigación documental, interlocución con el Estado Mexicano y Guatemalteco, diálogo con instancias internacionales y la consolidación de la articulación; para si las condiciones son las adecuadas, realizar un encuentro a principios del año 2025 y lanzar una campaña mediática y un plan de acción para lograr los objetivos de la Alianza.
El territorio fronterizo entre México y Guatemala se caracteriza históricamente por un alto intercambio cultural y comercial, pero también por múltiples de conflictos y situaciones violentas. La creación de los Estados/Nación en el siglo XIX, tras la independencia de la Corona Española dividió estas demarcaciones que pertenecen a una misma zona geográfica y cultural, que podemos definir como parte de los territorios mayas.
Las zonas centrales de las circunscripciones de Guatemala y de los Estados de Chiapas y Tabasco en México están conformadas por dos grandes cuencas: las de los Ríos Usumacinta y Grijalva. Para los pueblos mayas, que tienen más de 5,000 años de historia, la relación que se tenía con los ríos era de gran relevancia. Estas cuencas nacen en la región de lo que hoy son los departamentos del norte de Guatemala (Huehuetenango, Ixcán, Alta Verapaz y Petén) y cruzan hacia México por el estado de Chiapas, desembocando en el Golfo de México, en los pantanos y manglares del estado de Tabasco. Dichos afluentes permitían tener una relación entre los pueblos asentados en las costas, pantanos, valles, selvas y montañas, proveyéndolos de una diversidad de insumos materiales e inmateriales que fueron fundamentales para el desarrollo de una de las civilizaciones más impresionantes de la antigüedad, donde es emblemático su desarrollo matemático, arquitectónico, científico, astronómico y cultural. Hay que tomar en cuenta que también esta región es cuna de una de las civilizaciones más antiguas del continente, que es la Olmeca.
Las cuatro represas construidas en la década de los setenta, en el rio Grijalva, en el Estado de Chiapas, no solo ha provocado sin número de daños cuenca abajo y la inundación de comunidades y amplias zonas de excelente tierra de cultivo, sino también generó tomas de tierra, enfrentamiento entre comunidades y condiciones de marginación extrema a las poblaciones desalojadas, esto por la falta de consulta, censos y procesos de resarcimiento e indemnización adecuada. Estos proyectos son causantes también de las anegaciones provocadas cuenca abajo, fuera de su ciclo natural, que han tenido serias repercusiones en la ciudad de Villahermosa y para la forma de vida de las comunidades indígenas chontales y mestizas asentadas en la región de los pantanos de Centla. Este sitio ahora se ve con inundaciones que duran más de oito meses al año, lo que no permite que la población pueda mantener sus formas tradicionales de producción y que diversas especies endémicas estén en peligro de extinción. También el caso de la presa Chixoy, en Alta Verapaz, Guatemala, que se terminó de construir en 1985, es un ejemplo de violencia, despojo y daño ambiental que dio entre otros megaproyectos, base a la Comisión Mundial de Represas y es el único gran embalse construido sobre el afluente del río Usumacinta.
Desde una perspectiva ambiental la selva Lacandona/Petén, en la cuenca del Río Usumacinta, es, después del Amazonas, el pulmón más importante del continente, siendo uno de los territorios que más capta carbono y que contiene una diversidad de vida animal y vegetal inigualable y que aún no tiene represas en el caudal principal del río. En la línea fronteriza entre México y Guatemala, en el Río Usumacinta, se han planteado desde hace más de cuatro décadas, cuatro proyectos hidroeléctricos que serían devastadores para las comunidades ribereñas, el medio ambiente y zonas arquelógicas como Yaxchilán y Piedras Negras, que quedarían bajo el agua.
A su vez en la actualidad se ha incrementado exponencialmente la afluencia de población migrante desde el sur, en su camino a los Estados Unidos. Del lado mexicano los conflictos entre grupos del crimen organizado en toda la región fronteriza aumentaram desde 2023 y hacen muy peligroso todo el territorio, que ya es muy difícil de habitarlo y transitarlo. Esto sumado con la compleja situación política de Guatemala tras la toma de posesión del presidente Arevalo este año y las elecciones en México del 2024, hacen difícil la construcción de articulaciones transfronterizas y generar intercambio cultural y de conocimientos entre las comunidades y organizaciones. Sin embargo, gracias a las tecnologías digitales permanecemos en contacto y construyendo propuestas de trabajo en conjunto.
Desde este y otros espacios se propone declarar y reconocer territorios libres de megaproyectos, articulados entre ellos con una visión territorial común, más allá de las divisiones políticas impuestas, donde se vinculen desde la resistencia y las iniciativas de desarrollo local para el “buen vivir”, los pueblos asentados en las zonas altas, medias y bajas de las cuencas, tomando en cuenta su relación interdependiente con el flujo del agua y los corredores bioculturales de las cuencas.
A nivel local y de microcuencas se han desarrollado muchas acciones culturales y de alternativas sustentables de desarrollo para los pueblos. En lo cultural están consolidándose procesos de rescate de la espiritualidad y de la cultura maya, con el uso de las vestimentas tradicionales, las lenguas originarias, del calendario antiguo, el desarrollo de ceremonias y la resignificación simbólica de expresiones gráficas, musicales y de la danza. A su vez hay rescate de las formas de gobiernos tradicionales, como el CPO (Consejo de Pueblos Mayas), en Guatemala, y conceptualizaciones que tienen relación con las llamadas epistemologías del sur, como lo son el concepto de lo plurinacional y el Buen Vivir. A su vez, existen muchas formas de expresiónes “contempóraneas” realizadas por las juventudes en toda esta región. Parte de la estrategia de la articulación es generar espacios de encuentro e intercambio a través de temáticas generadoras de consciencia, que ayuden a la pacificación del territorio y a reforzar las diversas identidades de sus habitantes.
Desde la perspectiva de la construcción de alternativas comunitarias, en la región se han desarrollado diversas propuestas como la agroforestería, agroecología, baños secos, bioconstrucción, captación de agua de lluvia, biofiltros, tecnologías apropiadas, acciones de soberanía alimentaria, turismo solidario y economía comunitaria, etc. Creemos que es fundamental construir puentes de comunicación e intercambio entre las comunidades y organizaciones que están desarrollando dichas alternativas, que permitan aprender unas de otras y contribuir juntos a un territorio más pacífico y sustentable.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México. 13 de febrero 2024.
Marco von Borstel es activista, escritor, comunicólogo y educador popular con 35 años de experiencia junto a movimientos sociales y asociaciones civiles de México y América Latina en temas formativos, comunicativos, organizativos y de defensa de los territorios. Actualmente es parte de los colectivos Kataz, Nodos de autoformación y Comunitaria Cultura, desde donde desarrolla diversos proyectos pedagógicos y culturales independientes. Tiene diversas publicaciones de temas sociales, ambientales, de poesía y fotografía.